Reportaje:
El Diario de La República; Con la ayuda de vecinos, detuvieron a dos ladrones
en Villa Mercedes. Debido al apuro por escapar, sólo alcanzaron a robarse
algunas monedas y golosinas.
Pueyrredón
1359. Los delincuentes trataron de entrar por la puerta y después treparon la
pared.
La
cara de Mario , el dueño de Cyber SKEM del barrio Teodoro Fels de Villa
Mercedes, lo dice todo. A diferencia de cualquiera que haya sido víctima de un
robo, él no luce amargado. Está consciente de que, pese a que tuvo que renovar
la cerradura y enderezar la hoja de la puerta trasera que fue forzada, gracias
a la ayuda de los vecinos y la rapidez de los policías, la sacó barata. “Si no
hubiera sido por ellos me hubieran pelado. Acá tengo como veinte computadoras
para arreglar y ni las tocaron. Se llevaron pavadas, monedas y algunas
golosinas que terminaron tiradas por ahí”, contó.
Miguel
Alejandro Monsalvo y Miguel Antonio Ruybal, los presuntos delincuentes que entraron
al local aún aguardan en una celda de la Comisaría 9°, a la espera de lo que la
juez de Instrucción Penal N° 3, Mirta Ucelay, disponga.
Ayer,
al mediodía, cuando El Diario lo
visitó en su negocio, el hombre acababa de pagar la reparación de la puerta
blanca de chapa. "Fue lo más caro de todo. Tuvimos que sacarle la
cerradura porque ya no servía y alinear la hoja que había quedado doblada, no
sé, calculo que de las patadas que los chorros le dieron", comentó.
El
robo sucedió la madrugada del domingo. Los vecinos saben que Mario nunca se
queda más allá de las once de la noche, por eso les llamó la atención ver a dos
sujetos, alrededor de las 2:30, intentando entrar a SKEM por una vieja y
oxidada puerta, ubicada al costado derecho del local.
Cuando
notaron que los misteriosos hombres desistieron de ingresar por esa vía y
empezaron a trepar la precaria pared, que oficia de medianera y roza los dos
metros, confirmaron qué era lo que en verdad ocurría: eran ladrones.
Para
fortuna de Mario, una de la personas que vio todo, la novia de un vecino del
cyber, trabaja en el monitoreo de las cámaras de seguridad. "Ella llamó
ahí no más a la Policía y en un ratito rodearon la cuadra", dijo el
comerciante sobre lo que le contaron sus vecinos.
Mientras
eso pasaba, los delincuentes contaron con unos minutos para entrar a SKEM.
Pasaron un pasillo, en el que hay arena y materiales de construcción, y una
humilde abertura sin puerta. Ahí se taparon con su segundo obstáculo, la puerta
de ingreso directo al local. "La forzaron. No sé con qué, pero hasta le
saltaron las bisagras de la fuerza que hicieron y entraron", narró el
hombre.
Del
apuro, al sentir el revuelo que estaba generándose afuera, los ladrones fueron
al grano: la caja registradora. La cajuela, hecha por el comerciante con vidrio
y formaba parte de la vidriera de golosinas, no tenía más que monedas.
En
el escape, los malvivientes tomaron caminos separados. Monsalvo fue aprehendido
en un domicilio cercano al robo. Fue después de huir por los techos e intentar
entrar a lo de un vecino. Ruybal, de 21 años al igual que su amigo, fue
detenido en las inmediaciones, informó Martín Estrada, el jefe del Comisaría
9°.
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