El imputado es vecino
de la víctima. La menor contó que la manoseaba en su casa y en la de él.
Un día C. no se contuvo más, y habló. La nena de 7 años
le dijo a una conocida, primero, y a su mamá, después, que su vecino Orlando
Raúl Vilchez la había manoseado en el baño de su casa, en San Luis. Les confió,
además, que no era la primera vez que el hombre la tocaba. Entre aquella
revelación, que fue en setiembre del año pasado, y la detención de Vilchez pasó
casi un año. Pero las pruebas que los investigadores recogieron en ese lapso
son lo suficientemente consistentes como para conjeturar que la cárcel es el
destino más probable para el sospechoso.
Después de la
revelación de la nena, la mujer que la cuidaba interpeló a Vilchez. Éste negó
los dichos de la menor. Le dijo a su vecina que la pequeña inventaba.
La juez Penal Nº 3 Virginia Palacios lo indagó el
viernes por “abuso sexual gravemente ultrajante”. El imputado, quien tendría
cerca de 55 años, se abstuvo de declarar, confirmó ayer el defensor oficial,
Carlos Salazar. Pidió una prórroga de la detención para buscar pruebas, que
vence el sábado, detalló. Luego la juez deberá resolver si procesa o no al
arrestado.
Una de las medidas que solicitó Salazar es “el control
del registro fílmico de la Cámara Gesell que se le hizo a la menor en su
oportunidad; y a partir de eso pedimos que se cite a declarar a un testigo”,
dijo. Esa persona daría su testimonio hoy, y el defensor explicó que a partir
de lo que exprese esa persona podría requerirle a la magistrado alguna otra
medida.
Cuando contó lo que sufría a manos de Vilchez, C. vivía
con su madre en la casa de la conocida. Ella cuidaba a la nena cuando la
denunciante trabajaba.
Vilchez, además de vecino, es amigo de la familia de la
niñera, por eso iba de modo permanente al domicilio. A veces los visitaba a la
hora del almuerzo, y otras, para tomar mate.
El 21 de setiembre del año pasado, la dueña de casa
llamó a la mamá de C. para avisarle que la nena sollozaba porque sentía dolor
entre las piernas. Se fue de inmediato a verla.
Al llegar, su propia hija le narró cómo había sido
manoseada por el hombre en la vivienda de él y qué le había dicho mientras lo
hacía.
EL DIARIO
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