Natalí Vargas y su pareja,
Miguel Ángel Valdivia, cayeron el viernes después de semanas de rastrillaje. Se
escondían en una casa rodante y estuvieron en Chacras de Coria y Blanco
Encalada.
Envio: Mendoza
El viernes por la noche,
los efectivos de la Unidad de Búsqueda Prófugos dieron con el dato que sostenía
que la pareja compuesta por Natalí Vargas y Miguel Ángel Valdivia, hermana y
cuñado de la presunta jefa narco conocida como la Yaqui, se había ocultado en
un camping de Rivadavia. Ambos, de 28 y 37 años, respectivamente, forman parte
de la lista de sospechosos de ser integrantes de la organización criminal que
operaba en el oeste de Godoy Cruz y comenzó a ser desbaratada el 14 de marzo
cuando se ordenaron allanamientos masivos en San Luis y Mendoza.
Se ocultaban en una casa
rodante familiar con sus tres hijos y un primo de Valdivia. A las 21, los
policías los redujeron y los trajeron a Contraventores, donde esta semana el
fiscal Juan Carlos Alessandra acusará a la Nati, como le dicen, por el delito
de asociación ilícita. No se descarta que la Justicia federal también la
requiera para acusarla de venta de estupefacientes. Por su parte, el Cabezón
Valdivia, ya había sido notificado por el fiscal de esa calificación a fines de
mayo. Este hombre estaba purgando una pena de 4 años de cárcel por
comercialización de estupefacientes y, después de que lo imputaran en el
expediente, el 24 de ese mes abandonó la granja penal de San Rafael, donde se
encontraba alojado con permisos especiales por buen comportamiento. Se
transformó en un prófugo y la Justicia pidió su captura.
Los efectivos que
irrumpieron el viernes en el camping municipal del Este provincial y lograron
la detención de la pareja, abortaron el plan que tenía para escapar de la
provincia.
La Nati y el Cabezón
estaban a horas de huir hacia Córdoba. El mismo Valdivia se lo contó a los
efectivos cuando lo apresaron mientras salía del baño del espacio gratuito. “Me
atraparon justo, me estaba por ir a Córdoba”, confesó el acusado cuando su
mujer ya había sido arrestada en el interior de la casa rodante.
Los efectivos policiales
señalaron a este diario que el seguimiento de la pareja se profundizó cuando
Valdivia escapó de la cárcel. La Nati ya era buscada –estaba en San Luis cuando
cayó su hermana y presunta jefa narco, Sandra Jaquelina Vargas (37)– pero huyó
en VW Bora antes de que la comisión de policías diera con ella. Aportaron que
en la misma casa rodante estuvieron por zonas de Chacras de Coria y Blanco
Encalada y que los ubicaron en Rivadavia. Primero los miembros de fuerza fueron
hasta un camping de la zona pero no estaban allí. Luego, un testigo les dijo
que había visto ese rodado en el predio municipal y hasta allí fueron.
Una vez detectada la
casilla rodante, los policías ingresaron y sorprendieron a la Nati. Se
encontraba con sus tres hijos y también con un primo de su pareja. Valdivia no
estaba y esto llamó la atención de los policías. Tanto es así que le quitaron
el celular a la mujer de 28 años para que no diera aviso y escondieron las
movilidades policiales para esperar la llegada del recluso prófugo. A los pocos
minutos, vieron que salía del baño del camping y lo detuvieron.
El fiscal del caso
considera que la Nati era una de las personas más cercanas a su hermana y
eslabón importante en la banda. Pasaban mucho tiempo juntas y diversas pruebas
la ubican hasta con hechos de sangre. “Es una mujer que bajaba las órdenes de
la Yaqui Vargas a otros integrantes de la banda”, contó una fuente de la
instrucción. Cuando la organización empezó a ganar espacio en la prensa local,
la idea de la Yaqui era mudarse a San Luis para alejarse de Godoy Cruz. Y una
de las mujeres que iba a vivir con ella en esa provincia era la Nati.
Valdivia quedó vinculado a
la causa después del crimen del marido de la Yaqui, Cristian Gelvez, en enero
de este año. Desde la cárcel, dio órdenes a la segunda hija de la Yaqui (menor
de 17 años detenida el mes pasado, imputada por asociación ilícita y luego
liberada para que estudie y aprenda una profesión) para que declare en el
expediente y acuse a Juan Chicho Paez, un hombre con quien la banda estaba
enemistada, como autor de los disparos contra Gelvez.
Esto fue una de las claves
para acusar a Valdivia, ya que el primer objetivo de la organización era
despistar a los detectives para acabar con la vida en la calle del verdadero
asesino, Javier el Carnicero Quirino, ex penitenciario que fue apresado en el
barrio Bancario en febrero. El segundo era que Paez, si llegaba a ser detenido
por la policía, fuera acribillado en la cárcel. Y el contacto para culminar el
plan era otro de los detenidos en la causa: el sobrino de la Yaqui, Jonathan
Brizuela.
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