lunes, 21 de julio de 2014

La hermana y el cuñado de la Yaqui Vargas estaban por huir a Córdoba

Natalí Vargas y su pareja, Miguel Ángel Valdivia, cayeron el viernes después de semanas de rastrillaje. Se escondían en una casa rodante y estuvieron en Chacras de Coria y Blanco Encalada.

 Envio: Mendoza 
El viernes por la noche, los efectivos de la Unidad de Búsqueda Prófugos dieron con el dato que sostenía que la pareja compuesta por Natalí Vargas y Miguel Ángel Valdivia, hermana y cuñado de la presunta jefa narco conocida como la Yaqui, se había ocultado en un camping de Rivadavia. Ambos, de 28 y 37 años, respectivamente, forman parte de la lista de sospechosos de ser integrantes de la organización criminal que operaba en el oeste de Godoy Cruz y comenzó a ser desbaratada el 14 de marzo cuando se ordenaron allanamientos masivos en San Luis y Mendoza.

Se ocultaban en una casa rodante familiar con sus tres hijos y un primo de Valdivia. A las 21, los policías los redujeron y los trajeron a Contraventores, donde esta semana el fiscal Juan Carlos Alessandra acusará a la Nati, como le dicen, por el delito de asociación ilícita. No se descarta que la Justicia federal también la requiera para acusarla de venta de estupefacientes. Por su parte, el Cabezón Valdivia, ya había sido notificado por el fiscal de esa calificación a fines de mayo. Este hombre estaba purgando una pena de 4 años de cárcel por comercialización de estupefacientes y, después de que lo imputaran en el expediente, el 24 de ese mes abandonó la granja penal de San Rafael, donde se encontraba alojado con permisos especiales por buen comportamiento. Se transformó en un prófugo y la Justicia pidió su captura.

Los efectivos que irrumpieron el viernes en el camping municipal del Este provincial y lograron la detención de la pareja, abortaron el plan que tenía para escapar de la provincia.

La Nati y el Cabezón estaban a horas de huir hacia Córdoba. El mismo Valdivia se lo contó a los efectivos cuando lo apresaron mientras salía del baño del espacio gratuito. “Me atraparon justo, me estaba por ir a Córdoba”, confesó el acusado cuando su mujer ya había sido arrestada en el interior de la casa rodante.

Los efectivos policiales señalaron a este diario que el seguimiento de la pareja se profundizó cuando Valdivia escapó de la cárcel. La Nati ya era buscada –estaba en San Luis cuando cayó su hermana y presunta jefa narco, Sandra Jaquelina Vargas (37)– pero huyó en VW Bora antes de que la comisión de policías diera con ella. Aportaron que en la misma casa rodante estuvieron por zonas de Chacras de Coria y Blanco Encalada y que los ubicaron en Rivadavia. Primero los miembros de fuerza fueron hasta un camping de la zona pero no estaban allí. Luego, un testigo les dijo que había visto ese rodado en el predio municipal y hasta allí fueron.

Una vez detectada la casilla rodante, los policías ingresaron y sorprendieron a la Nati. Se encontraba con sus tres hijos y también con un primo de su pareja. Valdivia no estaba y esto llamó la atención de los policías. Tanto es así que le quitaron el celular a la mujer de 28 años para que no diera aviso y escondieron las movilidades policiales para esperar la llegada del recluso prófugo. A los pocos minutos, vieron que salía del baño del camping y lo detuvieron.

El fiscal del caso considera que la Nati era una de las personas más cercanas a su hermana y eslabón importante en la banda. Pasaban mucho tiempo juntas y diversas pruebas la ubican hasta con hechos de sangre. “Es una mujer que bajaba las órdenes de la Yaqui Vargas a otros integrantes de la banda”, contó una fuente de la instrucción. Cuando la organización empezó a ganar espacio en la prensa local, la idea de la Yaqui era mudarse a San Luis para alejarse de Godoy Cruz. Y una de las mujeres que iba a vivir con ella en esa provincia era la Nati.

Valdivia quedó vinculado a la causa después del crimen del marido de la Yaqui, Cristian Gelvez, en enero de este año. Desde la cárcel, dio órdenes a la segunda hija de la Yaqui (menor de 17 años detenida el mes pasado, imputada por asociación ilícita y luego liberada para que estudie y aprenda una profesión) para que declare en el expediente y acuse a Juan Chicho Paez, un hombre con quien la banda estaba enemistada, como autor de los disparos contra Gelvez.


Esto fue una de las claves para acusar a Valdivia, ya que el primer objetivo de la organización era despistar a los detectives para acabar con la vida en la calle del verdadero asesino, Javier el Carnicero Quirino, ex penitenciario que fue apresado en el barrio Bancario en febrero. El segundo era que Paez, si llegaba a ser detenido por la policía, fuera acribillado en la cárcel. Y el contacto para culminar el plan era otro de los detenidos en la causa: el sobrino de la Yaqui, Jonathan Brizuela.

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